25 mar 2014

¿QUÉ PUEDES PERDER SI DAS EL PASO?


A menudo nos surgen oportunidades para hacer algo relativamente importante, pero de algún modo u otro, nos entra la duda y el miedo sobre si debemos hacerlo. Encontramos excusas para restarle importancia y convencernos de que no merece la pena el esfuerzo.

Por ejemplo, cuando queremos presentar nuestro currículum para participar en algún proceso de selección que presuponemos va a ser difícil, de repente, nos convencemos de que la plaza está asignada a alguien con enchufe, o que seleccionarán a alguien mejor preparado que nosotros, o que es muy difícil ser seleccionado porque se han presentado muchas personas, y un sinfín de motivos que nos hacen no dar el paso.

    Sin embargo, ¿qué vas a perder si te presentas?, alguno de los candidatos será el seleccionado, mejor estar dentro, porque si estás fuera sí que no te seleccionarán. Teniendo en cuenta, por supuesto, que reúnes el perfil exigido y puedes ser el candidato adecuado.


Paso a paso trazas tu camino
Un ejemplo de esto, me ocurrió hace unas semanas. Como muchos españoles, estoy estudiando para mejorar mi nivel de inglés, en mi caso a través de IEDA, por tanto, el curso es on line. Pues bien, debido a que no he podido dedicarle todo el tiempo, por falta de éste, que yo consideraba necesario para ir preparada a las pruebas presenciales, y ya que éstas no son definitivas ni puntúan, me pregunté si me merecía la pena presentarme.


Después pensé que no tenía nada que perder, así que decidí ir ya que los profesores así lo recomendaban para ir mejor preparados a las pruebas definitivas de final de curso. Debo decir que me alegré sumamente de tomar esta decisión y dedicar toda la mañana del sábado haciendo unas pruebas que más que examen me las tomé como ejercicios prácticos.

Mi sorpresa fue que me pareció más asequible de lo que me esperaba, con lo cual salí más motivada para continuar estudiando todo lo que el tiempo me permita.

Por tanto, para mí este pequeño paso fue una lección de que no debo abandonar y cualquier esfuerzo merece la pena para avanzar y seguir motivándonos para alcanzar nuestras metas.

Durante los años de Facultad, tuve una compañera que se paralizaba en época de exámenes y sin previo aviso nos sorprendía por su ausencia en los mismos. Se estaba perdiendo la oportunidad de comprobar que no era tan temible como ella esperaba y se podría llevar algunas sorpresas agradables ya que era una alumna que nunca faltaba a clase.

Con esto quiero transmitir que no tiremos la toalla, cualquier paso hacia adelante importa y nos podemos llevar sorpresas más agradables que desagradables, aunque también están dentro del lote.

Si lo intentas, lo puedes conseguir, si no lo intentas seguirás como estás.


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