A menudo nos
surgen oportunidades para hacer algo relativamente importante, pero de algún
modo u otro, nos entra la duda y el miedo sobre si debemos hacerlo. Encontramos
excusas para restarle importancia y convencernos de que no merece la pena el
esfuerzo.
Por ejemplo,
cuando queremos presentar nuestro currículum para participar en algún proceso
de selección que presuponemos va a ser difícil, de repente, nos convencemos de
que la plaza está asignada a alguien con enchufe, o que seleccionarán a alguien
mejor preparado que nosotros, o que es muy difícil ser seleccionado porque se
han presentado muchas personas, y un sinfín de motivos que nos hacen no dar el
paso.
Sin embargo, ¿qué vas a perder si
te presentas?, alguno
de los candidatos será el seleccionado, mejor estar dentro, porque si estás
fuera sí que no te seleccionarán. Teniendo en cuenta, por supuesto,
que reúnes el perfil exigido y puedes ser el candidato adecuado.
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Paso a paso trazas tu camino |
Un ejemplo de esto, me ocurrió
hace unas semanas. Como muchos españoles, estoy estudiando para mejorar mi
nivel de inglés, en mi caso a través de IEDA, por tanto, el curso es on line.
Pues bien, debido a que no he podido dedicarle todo el tiempo, por falta de
éste, que yo consideraba necesario para ir preparada a las pruebas
presenciales, y ya que éstas no son definitivas ni puntúan, me pregunté si me
merecía la pena presentarme.
Después pensé que no tenía nada
que perder, así que decidí ir ya que los profesores así lo recomendaban para ir
mejor preparados a las pruebas definitivas de final de curso. Debo decir que me
alegré sumamente de tomar esta decisión y dedicar toda la mañana del sábado
haciendo unas pruebas que más que examen me las tomé como ejercicios prácticos.
Mi
sorpresa fue que me pareció más asequible de lo que me esperaba, con lo cual salí
más motivada para continuar estudiando todo lo que el tiempo me permita.
Por tanto, para mí este pequeño
paso fue una lección de que no debo abandonar y cualquier esfuerzo merece la pena para avanzar
y seguir motivándonos para alcanzar nuestras metas.
Durante los años de Facultad,
tuve una compañera que se paralizaba en época de exámenes y sin previo aviso
nos sorprendía por su ausencia en los mismos. Se estaba perdiendo la
oportunidad de comprobar que no era tan temible como ella esperaba y se podría
llevar algunas sorpresas agradables ya que era una alumna que nunca faltaba a clase.
Con esto quiero transmitir que no
tiremos la toalla, cualquier paso hacia adelante importa y nos podemos llevar
sorpresas más agradables que desagradables, aunque también están dentro del
lote.
Si lo intentas, lo puedes conseguir, si no
lo intentas seguirás como estás.
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estaré encantada de que dejes tu comentario y lo compartas si así lo deseas.